12 SEÑALES DE UN LIDERAZGO TÓXICO EN LAS ORGANIZACIONES!
Por: FERNANDO GIRALDO NARANJO (Estratega en Mercadeo y Publicidad, CEO en FGN Advertising Global Boutique)
FGN ADVERTISING GLOBAL BOUTIQUE. Aunque puede haber acciones molestas de parte de un líder no significa que sea dañino, pero cuando las expectativas se vuelven incoherentes y el ambiente hostil, la línea entre desafío y abuso se cruza. Detectar estas señales ayuda a evitar el desgaste emocional.
¿Qué debe hacer si el comportamiento de su jefe está afectando a todos y perjudicando su bienestar?
Si bien, en ocasiones, algunos jefes pueden ser molestos, despectivos o frustrantes, eso no significa que sean tóxicos. Entonces, ¿Qué debe tener en cuenta?
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Estas son 12 características de un jefe tóxico, las dos últimas son devastadoras para una organización:
1. Carecen de autoconciencia
Los jefes tóxicos carecen de la capacidad de reconocer y controlar sus emociones. Tienden a pensar que tienen la razón en todo, lo cual inhibe su capacidad para generar empatía con los equipos y provoca resistencia a la retroalimentación.
2. Carecen de empatía
Los jefes tóxicos no invierten tiempo ni energía en construir relaciones que les permitan entender cómo su estilo de comunicación puede afectar a los demás. Les cuesta comprender los desafíos, perspectivas y emociones de los miembros de su equipo. Esto, a su vez, conduce a bajos niveles de confianza.
3. Están excesivamente motivados por su propio interés
Los jefes tóxicos hacen que todo gire en torno a ellos y buscan apropiarse del trabajo de los demás. Es más probable que tomen decisiones estratégicas arriesgadas y que llamen la atención, a menudo a expensas de la estabilidad organizacional a largo plazo.
4. Demuestran un comportamiento inconsistente
Los jefes tóxicos muestran un comportamiento impredecible, lo que hace que los empleados tengan dificultades para entender qué se espera de ellos de un día para otro. Su comunicación es poco clara y con frecuencia muestran favoritismo o discriminación.
5. Se aprovechan de las dinámicas del poder
Los jefes tóxicos utilizan su autoridad como un arma, esperando que los empleados cumplan sus instrucciones de manera obediente, sin cuestionar su poder ni el valor del trabajo que se les asigna.
6. Microgestionan
Los jefes tóxicos no confían ni empoderan a su personal. En su lugar, dictan cómo se debe hacer el trabajo o insisten en que se les copie en los correos electrónicos o se les invite a las reuniones. Pretenden controlar cómo se realiza el trabajo.
7. Establecen expectativas poco razonables
Los jefes tóxicos pueden exigir resultados o establecer plazos que son inalcanzables. O bien, sus expectativas son poco claras, lo que genera objetivos vagos y confusos, cargas de trabajo excesivas e incertidumbre.
8. Menosprecian y desmoralizan
Los jefes tóxicos hacen “bromas” a expensas de los demás y hablan negativamente a sus espaldas. Rara vez tienen cosas buenas que decir sobre las personas y buscan generar consenso con otros para validar sus opiniones negativas.
9. Buscan culpar a los demás
Cuando surgen problemas o se cometen errores, los jefes tóxicos buscarán culpar a todos menos a sí mismos. Harán todo lo posible por explicar cómo otros son responsables de los resultados negativos, mientras que ellos se exoneran de toda responsabilidad.
10. Confían demasiado en sus conocimientos
Los jefes tóxicos sobrestiman constantemente sus habilidades y conocimientos, lo que les hace creer que son mejores en su trabajo de lo que realmente son. Siempre piensan que tienen todo el conocimiento necesario y rechazan cualquier sugerencia de desarrollo personal.
11. Jefe blando sin carácter de nada
El carácter diplomático de éste lo dice todo. En primer lugar, teme a decir no, y acaba siempre por responder sí, aunque esto no sea beneficioso para la entidad. Quiere quedar bien con todo el mundo y ello hace que no se enfrente con nadie, porque no quiere entrar en problemas, pero a la vez no sabe cómo solucionarnos. Es incapaz, por lo que provoca un gran desorden en la empresa, ya que no se cumplen con los objetivos ni en el tiempo establecido.
12. Jefe enamorado de sus empleadas
Debido a la sociedad machista en la que vivimos, al hombre desde niño se le inculca que todo aquello que está bajo su cuidado o bajo sus órdenes le pertenece. Así las cosas, cuando un hombre llega a la edad adulta y se inserta en un ambiente profesional en el que se desempeña como dueño o como jefe, reconoce todo lo que le rodea como “de su propiedad”: el edificio, el mobiliario, los empleados y, por supuesto, ¡a su secretaria!, esta condición es la más fatal y devastadora de todas.
(TAMBIÉN EN FGN ADVERTISING: MARKETING VS. PUBLICIDAD, ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA? )

Basta uno solo de estos rasgos para generar toxicidad en el lugar de trabajo. Dicho esto, sus efectos pueden materializarse en todos los equipos y crear un entorno de trabajo incómodo que abarca toda la organización.
Trabajar para un jefe tóxico es una situación apocalíptica y tiene un impacto duradero en la salud mental y física. Nadie debería sufrir a manos de un jefe tóxico..
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza ‘Machine Learning’ para producir texto similar al humano, y perfeccionado por la Sala de Prensa de FGN Advertising Global Boutique.
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Cortesía: FERNANDO GIRALDO NARANJO / FGN Advertising Global Boutique.
